LOS VEO
Están ahí fuera. Los oigo. Cuando
forzaron la puerta, me desperté y tuve el tiempo justo de esconderme
en el armario. Les veo por una rendija de la puerta. No me atrevo a
abrirla más por si se dan cuenta. ¡Van armados Dios mío! Los tres
llevan fusiles ak y unos chalecos muy raros. ¿Qué querrán de mi?
Por favor Dios mío, que no miren el armario, que se vayan, que se
vayan por favor...
Un abrazo y hasta la próxima entrada.
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