LA CAZA
Mis piernas no dan más de sí, pero no puedo parar. Oigo sus pasos, están cada vez más
cerca. No puedo dejar que me atrapen. ¡Corre, corre, corre! Hablan entre ellos, sus risas me hieren
como dagas. Saco fuerzas de flaqueza y hago un último sprint para alcanzar la próxima esquina,
quizá así los despiste o se den por vencidos. Hago el último giro cerrado y…
-¡Pillado! Te toca pagar otra vez. - Se ríe Ricardo -
Es lo que tiene ser el más lento de clase.
También aprovecho para dejaros los enlaces a mi nuevo libro. Un abrazo y hasta pronto.
Sin carne en papel
VII CERTAMEN D
VII CERTAMEN DE MICRORRELATOS
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