domingo, 30 de junio de 2019

¡Qué calor!

   Buenas, espero que os haya ido todo bien, desde la última entrada he estado trabajando en la refinería de Puertollano. En pocas palabras, incomunicado, pasando calor y lejos de los míos y este PC. He aprovechado este tiempo para seguir avanzando en la novela y el poemario, para leer y ponerme al día con los comunicados de la asociación de escritores y, una vez retornado a mi tierra, disfrutar de los míos en la playa y mis paraísos de la montaña.
    Ahora estoy aprovechando que todos están apretujados ante el aparato de aire acondicionado para ponerme al día con vosotros. ¿Os habéis dado cuenta de cómo juegan las musas con nosotros? Ayer mismo en la playa, mientras mi pequeña jugaba en la arena, me vinieron dos poemas. El otro día en el hotel, hablando por videollamada con el mayor, me sugirió una idea que se va a convertir en la siguiente novela que escriba, una vez acabada la que estoy escribiendo de la saga del cuervo. Malditas/benditas musas, menos mal que siempre llevo una libreta y algo con qué escribir encima. Aquí os traigo un poema de los de ayer.

La reina de la arena,
joven rubia, no morena,
tan traviesa y risueña,
no piensas en el mañana.

Provocas en mi sonrisas,
cuando me regalas besos,
a tu lado no hay prisas,
das vida a estos versos.




    Un abrazo y hasta la próxima entrada.

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