¿Qué tal habéis empezado el año? Yo acabo de llegar de Tánger, ha sido un comienzo de año intenso: mucho trabajo (aunque en la empresa digan lo contrario), el tema del coronavirus chino, la poda en el campo... He aprovechado este viaje por trabajo a Tánger para darle un empujón a la nueva novela y avanzar un poco más en la que ya tenía empezada.
Tánger es una ciudad especial. Es una ciudad que no duerme, grande, ruidosa.... pero sin perder la amabilidad árabe o sus complejos orígenes. Una ciudad que no ha perdido la esencia de nido de espías de la guerra fría, ni esos rincones del medievo árabe. Tampoco ha dejado de evolucionar y es común ver jóvenes sin pañuelo que trabajan, estudian y luchan por un futuro mejor para ellas y las futuras generaciones.
En pocas palabras, una ciudad que enamora. No os voy a cansar con más fotos de esta bella ciudad, ya que, no es mi primer viaje y tengo más entradas en el blog sobre esta bella ciudad.
Ahora viene la parte mala.
En cuanto vuelva a estar conectado, os aviso. Un abrazo.